domingo, 20 de enero de 2019

La Inquisición en Sonseca (I Parte).


La Inquisición en Sonseca (I parte)


Existe un articulo muy curioso de Hilario Rodríguez de Gracia en el boletín informativo nº 3 de 1978 de la “Asociación Cultural Montes de Toledo” sobre los familiares de la Inquisición en Sonseca.
 El familiar de la Inquisición era casi siempre un servidor laico, aunque algunos también pertenecían al estado eclesiástico, siendo denominados por los historiadores como una quinta columna de espías e informadores. Por pertenecer al Santo Oficio se les permitía llevar armas para defender a los inquisidores.
            Es insólita la existencia de una cofradía de familiares del Santo Oficio en un lugar, pues aun no era villa, como Sonseca en la primera mitad del siglo XVII. La curiosidad radica en el alto número de familiares que en este lugar tenía la Inquisición, pues ni el número de habitantes era importante ni la jurisdicción del lugar.
            La autorización para constituirse como asociación religiosa la pidieron Gabriel de Aranda, Pedro Criado, Juan Arroyo y Juan Martín de Vidales y les  fue otorgada el 23 de Abril de 1622.
            Entre los capítulos de las ordenanzas destacan algunos:
            - Se obligaban ha hacer una fiesta el 29 de Abril en honor a su patrón, con misa, procesión, etc...  La no asistencia se multaba con cuatro reales.
            - Habían de realizar al cabo del año varias reuniones e inexcusablemente todos los domingos se reunían en la Iglesia en un escaño hecho a su costa.
            - Los cargos de mayordomos y oficiales se elegían por votación por el sistema de habas negras y blancas.
Hasta aquí un pequeño resumen de este interesante articulo.

            Como no podía ser de otra manera, hubo sonsecanos acusados por la Inquisición de diversos delitos, desde antes incluso que se creara la cofradía de familiares en Sonseca.  En el portal de archivos españoles (PARES) hay una lista de ellos que paso a enumerar:

  • Entre 1550 y 1565 se instruyó la causa contra Pedro Hidalgo vecino de Sonseca por blasfemia.


En el resultado de la causa fue condenado a pagar dos libras de cera para el altar, tal como dice la siguiente imagen:

“… y determinaron que sea reprendido y que pague dos libras de cera para el altar… “

  • En 1550 y también por blasfemia se inició un proceso de fe al clérigo presbítero Fernán Pérez


En el documento encontrado nos detalla cual fue su condena. A pesar del delito cometido fueron benevolentes con él ya que por un lado era clérigo presbítero y por otro acudió  espontáneamente a la audiencia del Santo Oficio a confesar su culpa, tal como nos lo detalla la siguiente imagen sacada del texto. 

“… atento a que el dicho Fernán Pérez es clérigo presbítero y que espontáneamente pareció en la audiencia de este Santo Oficio a confesar su culpa…”

Su condena fue la siguiente: En primer lugar que durante una semana rezara todo el “salterio” (libro que contiene salmos), eso si, fuera de las horas en las que ordinariamente estaba obligado a rezar. Y en segundo lugar que pagara seis ducados de oro para los gastos del Santo Oficio. Además se le advertía que “de aquí adelante mire lo que habla y no diga las dichas palabras por el enfado ni otras semejantes… que si no lo hiciese así y fuese hallado culpable se procederá contra el con todo el rigor de la ley…”

  • En 1596 hay un proceso criminal contra Francisco Arroyo, que era familiar del Santo Oficio por haber dado palos a Cristóbal de Aguilera. 
“… tan grande injuria como es darle de palos…”

La condena fue a prisión ordinaria. Había que distinguir entre dos tipos de prisiones, la ordinaria y la estricta, la primera era para penas más leves y la segunda para las más graves. 

“… por tanto a vuestra señoría pido y suplico le mande retirar en la prisión ordinaria…”

  • En 1602/3 tenemos a Alonso Arroyo, su mujer María la Gallega y amigos, que fueron juzgados por maltratar a testigos que tenían que informar sobre su “limpieza de sangre”. Alonso Arroyo quería ser familiar de la Inquisición y para ello debía demostrar que era “cristiano viejo” para lo cual necesitaba  testigos, que por lo que se ve declararon en su contra.

El dicho Alonso era alguien importante en Sonseca por lo que se ve en el documento de este proceso.

“….… … … los pretensores eran los grandes de lugar… “

No solo maltrataron a los testigos, si no que incluso habían herido y acuchillado a sus parientes.

 “… … han maltratado los testigos, a otros han herido y acuchillado a los parientes…”

Efectivamente como podemos imaginar fueron condenados. En la sentencia aparte de Alonso Arroyo aparecen todas las personas implicadas en dichos maltratos. La condena consistía en pagar una multa y lo más curioso, el destierro. Paso a transcribirla.

 “condenamos al dicho Alonso Arroyo en ocho mil maravedís para gastos extraordinarios de este Santo Oficio y en una año de destierro del dicho lugar de Sonseca. Al dicho Juan Miguel el Mozo en cuatro mil maravedís para dichos gastos y seis meses de destierro del dicho lugar. Al dicho Anton Pérez a tres mil maravedís para los dichos gastos y en seis meses de destierro de Sonseca. Al dicho Alonso Gómez Escribano en dos mil maravedís para los dichos gastos y en cuatro meses de destierro de dicho lugar. Al dicho Juan Miguel el viejo en mil maravedís para los dichos gastos y en dos meses de destierro de Sonseca. Y al dicho Francisco Pérez en otros mil maravedís y dos meses de destierro… … … “

En el caso de que quebrantaran esta sentencia, se les duplicaría la condena. 

  • En 1612 tuvo lugar un proceso criminal contra Gabriel de Aranda vecino de Sonseca y familiar del Santo Oficio, sobre unas palabras que había dicho en contra de Benito Arroyo clérigo de esta villa.  Aunque en realidad hubo mas que palabras.      
 En los documentos de los que consta el pleito aparece su nombramiento como familiar de la Inquisición que acaeció con 1604 cuando este era vecino de Casalgordo.

“…Gabriel de Aranda vecino del lugar de Casalgordo…”

“…os nombramos… por uno de los familiares del número de esta Inquisición en el dicho lugar de Casalgordo.”

Todo el proceso empezó por una partida de naipes que jugaron cuatro personas, entre los que se encontraban los dichos Gabriel de Aranda y Benito Arroyo.

“… Francisco Diego…, y Benito Arroyo clérigo y Pedro Muñoz y Gabriel de Aranda familiar (de la Inquisición) vecinos de este lugar que estos cuatro estaban jugando a los naipes, al capadillo…”

Pero por unas disputas sobre al juego de naipes todo acabó en pelea. 

“.. (el dicho) testigo oyó duelo en la calle y salió y vio como el dicho Benito Arroyo estaba ensangrentado la cara, que le corría sangre por las narices diciendo a voces al dicho Gabriel de Aranda  que estaba en la misma calle, bellaco…”

El final de esta historia acaba con la condena a Gabriel de Aranda de seis meses de destierro de Sonseca y al pago de una multa de tres mil cuatrocientos maravedís.

“… sea reprehendido y sea desterrado y desterramos del dicho lugar de Sonseca partiendo por espacio de seis meses voluntarios y los haga cumplir cuando por nos fuere. Y pague tres mil  y cuatrocientos maravedís para gas(tos extraordinarios de este Santo Oficio…)”


CONTINUARÁ ...